Cómo decía el gran cantante y trovador, Alejandro “Chán”, ahora gran amante de la música comercial y los mojitos cubanos hechos en Miami. Ese que grababa la música de la radio en las TDK de hierro y cromo, y ahora quiere machacar a todo el que no compra sus cd´s. Cosas de la vida.
No es lo mismo ser, algo inherente a haber nacido (o haber sido fecundado, dependiendo del extremismo religioso de a quien se pregunte); que estar, según mi humilde opinión, algo que conlleva trascender de alguna manera sobre el medio en que uno se mueve, sobre la sociedad, sobre el mundo (sin ambiciones, oiga, que no dejamos de ser un moco interestelar). Me refiero a actuar en nuestro entorno de manera positiva. Esos archimillonarios, pobres almas perdidas que no saben más que amasar dinero, esos a los que no dieron la teta de pequeño y se vengan del mundo llenando el hueco lácteo a base de bitcoins, también trascienden, aunque de que manera tan chunga. “Pero también crean empleo”, dirán muchos. Vale, aceptamos barco.
No es lo mismo haber salido al 15M con una pancarta pidiendo “Democracia real”, que haberse dado cuenta, al no mucho de andar por este mundo, de que en realidad, democracia, lo que se dice democracia, nunca ha habido. Al menos no en España, ni en el mundo. Quizás en algún otro planeta, pero en este no. ¿Os imagináis que además de agua o vida, encontramos un planeta con democracia real? Joder, como me empalmaría. Que además, aprovecho para hacer una reflexión en “voz alta”. ¿Qué carajo hacemos buscando vida inteligente en otros planetas si todavía no hemos encontrado en el nuestro? ¿O quizás es que ya saben que aquí no hay?
No es lo mismo despotricar en la barra de un bar, o en la Royal Academy, basando la opinión propia en los memes que has recibido en los dos últimos años de tu vida y en el repaso que le das a los titulares del El País y el ABC (porque eres imparcial) ; que interesarse e informase a fondo sobre cómo funciona de verdad el mundo, sobre opciones, opiniones e informaciones más allá de la versión oficial. Y esto no consiste en creerse a pies juntillas todo lo que se dice en el programa de Iker.
No se, la verdad es que cuando veo a mi alrededor que la sociedad ve como el máximo exponente de la izquierda radical a un tipo con un chalé y mucama; o cuando veo que si ese mismo tipo dice que la democracia española es un mierda, la gente se echa las manos a la cabeza y resucita al cadáver de Fidel, me parece que somos muchas personas, pero que están muy pocas (me excluyo por falsa modestia, y por evitar dilapidaciones cibernéticas de extremistas aburridos con el colesterol alto y el pulgar gastado).
Paz y amor…